DIVORCIARSE CON AMOR

CAMBIA EL ENFOQUE

  • El artículo de hoy se aleja del tono habitual de las anteriores publicaciones que fundamentalmente se centraban en dar información jurídica de diversos temas que se trabajan en el despacho de forma muy habitual y desde un punto de vista más técnico o meramente informativo al objeto de acercar dicha información a los lectores.

  • Hoy sin embargo nos centraremos en un aspecto mucho más personal pero también muy relacionado con uno de los temas de trabajo más recurrentes: EL DIVORCIO.

EL DIVORCIO

Después de más de 24 años de ejercicio profesional he visto a muchas parejas tomar la decisión de divorciarse, de poner punto y final  a una relación que en principio se entiende que ha de ser duradera y el denominador común de todas ellas, con independencia de las circunstancias concretas de cada divorcio, es el dolor que dicha decisión supone para los miembros de la pareja independientemente de quién haya tomado la decisión.

La manera de enfocar tal dolor sin embargo puede ser el elemento clave para determinar el resultado final.

He de empezar diciendo que el divorcio en realidad es un proceso que empieza mucho antes de que cualquiera de los dos miembros  de la pareja decida dar el paso y tomar la decisión, aunque ninguno de los dos lo sepa.

Cuando dos personas se casan pactan y establecen en ese momento un “paquete” de cosas que funcionan hasta que dejan de funcionar.

 

Efectivamente la estructura del matrimonio impone una serie de obligaciones en las que cada una de las partes de la pareja asume un rol que en la mayoría de los casos, es exactamente el que se espera conforme a las convenciones sociales imperantes.

Precisamente esos roles asumidos (de forma inconsciente la mayoría de las veces) impiden el libre desarrollo de otras posibles y múltiples facetas que como individuo podrán desarrollar cada uno de los miembros de la pareja, es decir les impide SER ellos mismos más allá de los papeles de “marido” “mujer” “madre” o “padre”.

Se produce una identificación tal con esos roles que todo lo que puedan desplegar como personas individuales al margen de la pareja se ve postergado, empequeñecido o  simplemente ni  siquiera se ve.

Con el paso del tiempo la mayoría de  las personas entran en etapas de reflexión y en la búsqueda del para qué de su vida y ahí surgen o pueden surgir graves crisis de identidad, existenciales, etc. que a la vez provocan graves crisis de pareja sobre todo porque el ser humano suele proyectar su propia frustración en el otro.

Es en este punto cuando empiezan las guerras personales, las culpas, odios, venganzas, decepciones y todo el espectro de emociones que nos podamos imaginar que lo único que persiguen es atacar al otro y echar sobre él toda la responsabilidad para aliviar así la propia frustración.

Cuando esto  ocurre, en un primer momento es muy difícil hacer ver que en realidad lo que está pasando es justo lo que tiene que pasar y que lo cierto es que el divorcio es una gran oportunidad porque ofrece el regalo de la transformación gracias al otro.

Efectivamente sobre todo en procesos que  son muy intensos la pareja es el mayor espejo en el que nos podemos mirar  porque nos pone delante de nuestras propias creencias y, sin la otra parte, podríamos no llegar a conocer nunca aspectos de nosotros mismos.

Cuando se da esta comprensión la misma es absolutamente reveladora y transformadora porque se entiende que nadie es culpable, que cada uno ha jugado su papel y que es una gran oportunidad para el desarrollo personal y para la apertura de nuevas oportunidades en todos los ámbitos, algunos ni siquiera imaginados.

El trabajo de un abogado cuando media entre los miembros de la pareja debería consistir precisamente en esto, en este acercamiento a la comprensión del otro sin juicios, en hacer entender que el matrimonio es simplemente una forma de relacionarse entre dos personas y que el cambio de forma no tiene por qué significar sufrimiento si se pone conciencia y comprensión en la situación, lo que no significa que no haya que pasar la fase de duelo, la cual es absolutamente necesaria e imprescindible.

Efectivamente el divorcio debería plantearse como una reformulación de la relación entre dos personas que han mantenido un vínculo al que le han dado una forma y una estructura.

 

Se trata de mantener el vínculo cambiándolo de forma de modo que pueda haber un lugar en el que la relación siga funcionando a pesar de que no exista ya la pareja como tal a nivel sentimental.

Si bien es cierto que desde un punto de vista formal el divorcio rompe el vínculo conyugal, sin embargo desde un punto de vista personal o emocional, acabar una relación no significa que se acabe el vínculo con la otra persona porque siempre habrá aspectos en los que sí o sí habrán de relacionarse y sobre todo en los supuestos de hijos comunes: vínculo de por vida.

Hemos de comprender que el propósito de las relaciones no es que el otro te haga feliz sino todo lo contrario, las relaciones sólo funcionarán si ambos miembros de la pareja son individuos libres y plenos para desarrollar su potencial vital. Si ambos miembros de la pareja no van de la mano en la concepción de su estructura marital, ésta tarde o temprano terminará por no funcionar.

En definitiva, otra forma de divorciase es posible poniendo el foco no en lo que se acaba sino en todo lo nuevo que está por venir  y sobre todo teniendo en cuenta que una buena relación con tu expareja evitará una gran parte de contienda judicial.

Si te resuena este artículo estaremos encantados de ayudarte a dar el mejor enfoque posible a tu proceso de ruptura conyugal porque en definitiva el divorcio es un gran acto de amor para con uno mismo.

 

 

Autor: Ana Otero Rodríguez

Abogada Ejerciente Colegiada Nº 1568 ICA Lugo

20 octubre 2021

 

Related Posts

Utilizamos cookies propias y de terceros para ofrecerle una mejor experiencia de navegación y atención personalizada. Si sigue navegando, entenderemos que acepta el uso de cookies en nuestro sitio.

Privacy Settings saved!
Configuración de Privacidad

Puedes revisar tus preferencias de privacidad para ver las cookies que utilizamos para mejorar tu experiencia y la política de privacidad.

Permiten al usuario la navegación a través de una página web, plataforma o aplicación y la utilización de las diferentes opciones o servicios que en ella existan como, por ejemplo, controlar el tráfico y la comunicación de datos, identificar la sesión, utilizar elementos de seguridad durante la navegación o compartir contenidos a través de redes sociales.

Cookies propias de Wordpress. Usada para comprobar si el navegador acepta las Cookies.
  • wordpress_test_cookie

Permite guardar sus preferencias acerca de nuestra política de cookies.
  • wordpress_gdpr_cookies_declined
  • wordpress_gdpr_cookies_allowed
  • wordpress_gdpr_allowed_services
  • wordpress_gdpr_first_time
  • wordpress_gdpr_first_time_url

Rechazar todos los servicios
Acepto todos los servicios